El zorro, el tigre, la paloma, el hornero, el gallo, el venado, el puma, el mono y otros bípedos y cuadrúpedos, se cruzan en los ocho tomos que realizó la escritora e investigadora sanluiseña. En busca del tesoro del habla recogió y ordenó los cuentos populares, bibliotecas que suelen desaparecer con la gente. Narradores orales de todas las edades derraman su forma de contar que Berta desgrabó con los propios giros de sus provincias. Allí podemos escuchar la versión de un narrador de 65 años de San Luis de “El zorro y el nuevo decreto”, y otra de un peón de campo mendocino. Corría el final de la década del 60 y comienzos del 70, y antes de que se perdieran para siempre, Berta, la autora, visitó cada escuela, cada casa, cada lugar de trabajo, en busca del cuento olvidado. Que este recuerdo alivie un poco una injusticia: de todas las versiones que existen publicadas en ediciones para niños, nunca se menciona su fuente.

Un cuento de San Luis, rescatado por la autora:

EL ZORRO Y EL GALLO

Había una vez que el gallo li andaba disparando al zorro porque el zorro se lu andaba por comer. Subió arriba di un monte. Entonces le dijo:

- Bajate pa que conversemos. Si vamos a ser amigos ahjora. Porque ahora sale un decreto que un zorro no se puede comer un gallo, ni los perros pueden matar a un zorro. ¡Ah, qué bien ‘tamos ahora!¡´Tamos bien!

Entonce el gallo se empezó a subir má arriba. Y el zorro ´taba esperando a ver si se caía. Entonce que le dice:

- ¿Qué mirás tanto?

- Allá viene un jinete con seis perros.

- ¿DI a cuál lau vienen? - que le dice.- Decime ¿vienen cerca? - que le dice. - Di a cuál lau vienen?

Le dijo del lau contrario. Entonce llegaron los perros y lu agarraron de sospresa. Y ya gritaba el zorro. Y entonce que le decía el gaíto di arriba:

-¡Mostrales el decreto! ¡Mostrales el decreto!

Y lo mataron no más.

Julián Aguilera, 65 años, Las Barranquitas, Pringles, San Luis, 1971.

Muy buen narrrador. Posee un riquísimo repertorio que aprendió en El Saldadillo de donde es nativo.