27 de septiembre de 2021 | Autor: Alejandro Seta
Como quedó demostrado en el 1er Festival llevado adelante del 25 al 27 de noviembre del año pasado, se está programando, para septiembre, el Segundo Festival de Cine del Conurbano, y hablamos con los protagonistas de este desafiante encuentro de creadores.
En La cueva de los sueños olvidados Werner Herzog entra a la vida de seres muy lejanos a través de su cámara 3D. Sin grandes tecnicismos, con un puñado de hombres, Herzog logró, tras impertinente constancia, que le abrieran las cuevas de Chateau, Francia, donde en 1994 fueron descubiertas pinturas rupestres del paleolítico superior que , según los espeleólogos, la única manera de conservarlas era manteniéndolas cerradas. Pero Herzog insistió, y logró filmarlas. Puede ser así que también podamos creer que no existe un arte además del arte oficial, del arte de las élites, del arte que se da a conocer masivamente por los grandes medios…o también podemos empezar a creer en que hay un arte oculto. Herzog nos enseña, además de su perseverancia para obtener sus metas, el intenso espíritu ritual que se desprenden de sus imágenes, la poética que surge de ese intento de acercarse con pies y manos, con ojos y cámara, para mirar a los hombres que nos parecen tan lejanos, pero que están allí, casi observándonos: cabezas de toros y alces, patas repetidas figurando la velocidad, los saltos, al hombre mismo en movimiento, el cubismo de Picasso ya inventado por aquellos maravillosos artistas de las cavernas. . Eso es lo que él llama la verdad extática, no de estatismo, sino de éxtasis, arrobamiento, alejarse para. A esa verad extática, también podemos hallarla en la reunión donde nos encontramos con los organizadores del FECICO(Fesival de Cine del Conurbano) en el Centro Cultural Padre Mugica de Banfield: Guillermo Roig, Aníbal Maza, Romina Rocha, Rubén Veizaga y Julio Rivero, nos ayudarnos a adentrarnos en el mundo cercano, pero lejano, de la realidad del Gran Buenos Aires, que los cineastas tratan de traernos con una camarita de 3D, o una cámara de fotos. Ya habíamos entrado en la mitad de esta charla, cuando Julio Rivero, director del Centro Cultural Padre Mugica de Banfield, se pone de pie, baja una pantalla y proyecta un corto: La fábrica, donde con imágenes silenciosas con fondo de tango quizás de Piazolla, se nos narra el dolor de un desocupado. Un simple cartel (“Se hacen changas”) lo dice todo y nos señala. Esa poética, esa verdad.
- “Hay una revolución digital que nos permite tener una herramienta para hacer cosas. Los pibes del conurbano pueden hacer grupos, juntarse y crear una película – nos cuenta Roig, titiritero del Teatro San martín durante 20 años, y actual cineasta- de una manera muy distinta a la clásica producción industrial del cine serio, que es vertical, hay un director y se hace lo que el tipo dice. El cine “serio” es fundamentalmente de raíz europea, pues acá no: el grupo es el que trabaja, tal cual sucede en una obra de teatro. El que actúa, actúa; hay un director que surge naturalmente, pero también está el que tiene facilidad con la computadora y arma la cinta sonora, y el iluminador, el guionista. Miles de roles que atraviesan la obra y que en la próxima se intercambiarán: eso es lo que se está dando, y que lo vimos en muchas de las 57 películas que se mostraron acá en el 2010”. Para Aníbal Maza, profesor universitario de cine, el Gran Buenos Aires muestra un paisaje disímil, múltiple: “No es lo mismo el paisaje de Ituzaingó que el de Varela. El Gran Buenos Aires no es una sola identidad, es una variadísima multiplicidad de culturas; en el Gran Buenos Aires no hay un centro, sino muchos. Y queda claro en las vastas experiencias que se mostraron y que a nosotros mismos nos sorprendieron, como una chica de Escalada que, como viene sucediendo en Saladillo, a la manera del grupo Catalinas de La Boca, hace cine con vecinos. ¿Qué es el cine con vecinos? Es el cine donde las personas del barrio son los actores de sus propias historias”. “Ese cine con vecinos surgirá, tarde o temprano –cree Julio Rivero - emergente de una realidad que se está mostrando. La gente actuando de sí misma, como el ejemplo que tenemos en el Troxler de “Los hijos de Fierro” contando su propio papel durante la resistencia peronista. Eso es lo que queremos, esa filosofía, ese espíritu de juntar a la gente para mostrar sus creaciones, sus culturas, sus formas de ver las cosas. Ese creo que es el mismo espíritu de la Ley de Medios”.\
Ruben Veizaga, a quien se le adjudica la leyenda, creíble o no, de que se ha visto todo el cine latinoamericano que existe, que está sucediendo y que sucederá, nos contesta: “Cuando trajimos en el Fecico 2010 a cineastas latinoamericanos nos decían: “Esto podría estar sucediendo en los alrededores de Bogotá, o en el Distrito Federal de Méjico, en el cinturón de San Pablo, en las afueras de Santiago. Sí, hay una identidad descifrada justamente por esa tremenda variedad de culturas y tragedias, historias maravillosas y simbólicas, que se conglomeran en las grandes ciudades”.
- Esa mixtura de culturas – agrega Romina, estudiante de publicidad y fanática seguidora de este proyecto- es la que pone en tela de juicio a la Academia del Cine. Es que el cine de Estados Unidos formó espectadores, y ahora tenemos que empezar a aprender a mirar de otra manera. Lo que sucede es el Roberto Arlt del cine: cuestionado aún ahora, pero irreemplazable, nos da una mirada vital y única de un mundo que hasta ahora no había sido descubierto. También por aquello de “el futuro es nuestro por prepotencia de trabajo”…
- Como Herzog-…\
“Como decía Ariel Bufano, - recuerda Guillermo con su experiencia del grupo del San Martín - hay cosas que no se hacen hasta que viene uno que la hace, y entonces se hace válido. El mismo jurado se vio sorprendido por la intrepidez de los concursantes y debió justificar muy detalladamente y con buenos argumentos, por qué había ganado tal obra. Jurados de la talla de Carlos Galettini, director y montajista de La patria equivocada, o Darío Tedesco, montajista, entre tantas, de Gatica, el mono; Sergio Zóttola, Salvador Melita, Ismael “Paco” Hase.
Por último, Romina quiere destacar: “los formatos audiovisuales nos permiten trabajar desde cualquier lugar, y variados: en una plaza, a través de Internet, con un televisor instalado en una casa. Ahora la creación está en marcha. Nosotros lo que hicimos fue ofrecer un lugar para mostrarlo. Y se nos fue de volumen”.
Los dejamos ahora, a ellos, organizando el próximo FECICO de este año, y al que ya están convocando. A través de su película, Herzog nos muestra aquel mundo cerrado durante 20.000 años por un derrumbe, y que data de hace 32.000 . Siguiendo con el paralelismo, podemos decir que la dictadura fue el derrumbe que enterró bajo piedra la creación de hombres que ahora están surgiendo otra vez. Con esfuerzos poéticos como éste.
No soy más que el vagón de un tren que en la década del sesenta se tambaleaba, llegando, sobre ese río a orillas de la ciudad de Necochea. Los primeros acordes de la música de Piazzola me vuelve a llevar a quién soy. Las palabras de mi abuela Sara, un libro encontrado por azar, Cris, la escritura tambaleante, mis hijos, el descubrimiento de Dios.
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